El presidente protagoniza la emblemática portada de la publicación estadounidense.
El día después de haber encabezado un show en el Luna Park para la presentación de su libro, el presidente Javier Milei es protagonista de la tapa de la emblemática revista estadounidense Time.
“El radical”, es el título elegido por la publicación, con la foto en primer plano del líder libertario.
El texto, basado en una entrevista que ese medio tuvo con el mandatario en el despacho presidencial de la Casa Rosada el 25 de abril pasado, lo define como “el jefe de Estado más excéntrico del mundo“.
“Las rarezas de su campaña a menudo eclipsaron el severo programa de austeridad que promovió para sacar al país de su crisis económica. Milei, que se ha jactado de ser un gurú del sexo tántrico, blandió una motosierra en los mítines para simbolizar sus planes de recortar el gasto gubernamental, se vistió como un superhéroe que cantaba sobre política fiscal y dijo a los votantes que sus cinco mastines ingleses clonados, a los que supuestamente consulta en conversaciones telepáticas, son sus ‘mejores estrategas'”, agrega el texto en una descripción introductoria.
La periodista Vera Bergengruen cuenta que para poder entrevistar al presidente tuvo que pasar por el filtro de su hermana, Karina Milei, a quien define como “una ex tarotista que hasta hace unos años vendía pasteles en Instagram”. “Ahora ella controla con qué periodistas habla su hermano, qué fotos de él se publican y, según se informa, qué ministros del gabinete son contratados y despedidos”, afirma y aclara que la secretaria de la Presidencia no accedió a hablar para el artículo.
Milei se hizo eco rápidamente de la publicación y compartió la foto de la portada en sus redes con la habitual frase que acompaña las publicaciones de medios internacionales: “Fenómeno barrial”.
El artículo advierte que “hay indicios de que Milei ha malinterpretado el alcance de su mandato. Ganó presentándose como un antídoto a la mala gestión política y económica. Pero está claro que también se ve a sí mismo como parte de una batalla cultural más amplia”. En ese sentido, plantea que sus reiterados ataques contra la prensa y sus amenazas a los “traidores políticos” pueden ser vistas como autoritarias.
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