El dengue es una enfermedad que se transmite a través de la picadura del mosquito. No obstante, quedan muchas dudas sobre las otras formas de contagio que hay alrededor y lo ideal es saber cómo ocurre para prevenirlo de la mejor forma.
El dengue es una enfermedad viral que ganó relevancia en la salud pública de la región debido a su rápida expansión en áreas tropicales y subtropicales. Esta enfermedad es transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, un insecto de color negro con franjas blancas distintivas en sus patas y abdomen.
Sin embargo, el peligro del dengue no reside solo en el mosquito en sí, sino en su modo de vida y la facilidad con la que este puede reproducirse en entornos domésticos. El ciclo de vida del Aedes aegypti está estrechamente vinculado a la actividad humana.
Las etapas del mosquito
Cada una de sus etapas —huevo, larva, pupa y adulto— transcurre en espacios habitados o frecuentados por personas, lo que aumenta las probabilidades de interacción y, por ende, de transmisión del virus. Este mosquito aprovecha cualquier recipiente que contenga agua, desde macetas hasta neumáticos, para depositar sus huevos.
Una característica notable de estos huevos es su capacidad para resistir condiciones de sequía durante más de un año, lo que les permite sobrevivir en espera de un entorno húmedo adecuado para su eclosión. Apenas los huevos entran en contacto con agua, las larvas emergen y, en aproximadamente una semana, se convierten en mosquitos adultos listos para continuar el ciclo de transmisión.
Cómo es el contagio del dengue
Cabe aclarar, desde un principio, que el dengue no se transmite de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna. El contagio del dengue ocurre cuando un mosquito infectado pica a una persona. Para ello, el mosquito primero debe alimentarse de la sangre de una persona que ya esté enferma con el virus. Al picar a otros individuos, el insecto transmite el dengue, lo que facilita la propagación de la enfermedad en comunidades enteras. Cabe destacar que este mismo vector es responsable de la transmisión de otras enfermedades virales, como el Zika y la chikungunya, lo que amplía los riesgos para la salud humana.
El foco en la prevención del dengue radica en reducir los criaderos de mosquitos. Esto incluye eliminar o cubrir cualquier objeto que pueda acumular agua, además de fomentar el uso de repelentes y mosquiteros. Dado que el Aedes aegypti se adapta con facilidad a los entornos urbanos, es fundamental que la sociedad participe activamente en la lucha contra este insecto.
De lo contrario, la rápida reproducción del mosquito y su capacidad para transmitir enfermedades continuarán representando una amenaza significativa para la salud pública. El contagio del dengue no solo afecta a individuos, sino que puede provocar brotes en zonas densamente pobladas, lo que refuerza la necesidad de acciones preventivas y educación sobre los riesgos del mosquito.