El frigorífico había sido intimado para realizar una serie de obras que mitigaran el problema.
Los vecinos dicen que sólo hicieron parte de los trabajos previstos y el problema persiste.
“Llegó el otoño y volvieron los olores a Tigre. Las lagunas de efluentes del Frigorífico Rioplatense cobran vida de noche por las diferencias de temperatura y presión, emanando ácido sulfhídrico al aire, llenando General Pacheco con un olor nauseabundo”, explican vecinos de Tigre a Clarín. Viven cerca de uno de los tres frigoríficos denunciados penalmente en febrero de 2022 por contaminar el río Reconquista y un arroyo cercano. Pasaron dos años del reclamo iniciado junto a una diputada nacional, y ahora cuentan que no hay progresos en la causa tras las citaciones a declaración y que las obras de saneamiento no avanzan en falta de un biodigestor para eliminar efluentes.
El enojo de quienes habitan los alrededores de la planta Frigorífico Rioplatense S.A.I.C.I.F. —uno de los grandes complejos de faena vacuna del país, en Constituyentes 2499— no es actual, pero está vigente. A principios de 2022, la necesidad de ser escuchados los llevó a convocar a la diputada nacional Marcela Campagnoli (Coalición Cívica) para que interviniera en el problema.
La funcionaria fue a oler y a ver lo que pasaba alrededor de esa planta, y a raíz de eso impulsó una denuncia penal en el juzgado Federal de Sandra Arroyo Salgado que se extendió a dos frigoríficos de San Fernando: la Planta Faenadora Bancalari S.A. y Ecocarnes S.A. Pidió que se investigara si esos frigoríficos atentaban contra la salud pública, dada la “posible presencia de olores nauseabundos y de efluentes líquidos contaminantes”.
Desde ese momento, ya se especulaba con la posible presencia de ácido sulfhídrico, un gas muy venenoso en altas concentraciones que se libera cuando falta o escasea el oxígeno necesario para descomponer materia orgánica. Vecinos avisaban que las lagunas donde descargaba desechos el Rioplatense eran artificiales, y que hacía décadas recibían sangre, grasa y heces de las vacas que se biodegradaban con ese ácido.
Rioplatense anunció planes de construir una planta de biogas para mitigar el impacto de los desechos. Resaltaron que se estaban tomando medidas para minimizar olores y ruidos, así como para mejorar el tratamiento de los efluentes, y la realización de cortinas forestales.
En marzo del 2022 la Autoridad del Agua (ADA) de la Provincia de Buenos Aires constató la contaminación como “un peligro inminente para la salud y el medio ambiente”. De la inspección técnica se pudo verificar que la empresa había acumulado heces de vaca sobre suelo natural en lo que es una playa de compost a cielo abierto de cuatro hectáreas.
La resolución sostuvo que “al momento de la inspección se observó el escurrimiento de líquidos provenientes de los sólidos ahí depositados; que tienen como destino una zanja pluvial interna”. Las muestras fueron analizadas arrojando un resultado idéntico al del efluente líquido.
Todo concluyó en que se solicitara una intimación a cesar definitivamente con el vuelco de lixiviados a suelo detectados, debiendo derivar los mismos al sistema de tratamiento.
Entonces, comenzaron tratativas para un programa de readaptación del complejo productivo. Entre marzo y junio de 2022, Frigorífico Rioplatense presentó un plan y en junio de ese año el ADA otorgó la “aptitud de obra”. El presupuesto total era de $ 1.100.000.000 para reconvertir su sistema de producción en dos etapas y evitar la contaminación ambiental en la zona de General Pacheco.
Qué pasó con las obras del frigorífico
La empresa inició las obras de mejora en el tratamiento primario de los efluentes líquidos industriales con: incorporación de un filtro rotativo, trampa de burbujas, tamiz estático, separador de sedimentos y pozo de bombeo. El tratamiento secundario, según el Programa Gestión de Efluentes Líquidos con Fortalecimiento Industrial (GELFI), contaba con dos años de plazo para finalizar.
Los vecinos enfatizan que no hubo cambios favorables en estos últimos tiempos. “Declaramos los vecinos denunciantes ante el juzgado federal de San Isidro, pero el problema está lejos de resolverse. El Rioplatense, propiedad de la familia Constantini, no ha cumplido aún el plan de obras que los entes de control de la Provincia le han obligado a hacer y que la empresa argumenta como algo voluntario parte de un plan provincial de 2017, que no fue otra cosa que una moratoria ambiental”, destacan.
Remarcan que para diciembre de 2023 debería haber entrado en funcionamiento un biodigestor que tiene la finalidad de eliminar el efluente líquido “que ha contaminado la zona desde por lo menos principios de los años ochenta, según consta en expedientes de la ex Obras Sanitarias de la Nación”.
“La empresa argumenta que por los problemas de importaciones se demoraron las obras. Imágenes satelitales muestran sangre a cielo abierto en plena zona urbana del conurbano bonaerense. Si bien la empresa construyó por exigencia provincial una nueva laguna como bypass a las ya colapsadas, los olores persisten por que las lagunas viejas siguen allí”, describen.
Dicen que el Rioplatense avanzó en la eliminación de la playa de compost de varias hectáreas a cielo abierto, que no tenía piso y lixiviaba a las napas, y que era fuente también de un olor muy molesto: “Queda aún resolver el olor nauseabundo que sale de la planta que genera harinas para alimento balanceado y que no tiene la tecnología necesaria para eliminar los olores que genera”.
En el marco de la causa, en 2023 la ONG Asociación Inquietudes Ciudadanas se presentó como querellante y solicitó que se citara a indagatoria al presidente del frigorífico, Rodolfo Costantini, al vicepresidente Martín Costantini y a los directores de la compañía por la “posible comisión de delitos contra la salud pública”.
Y concluyen: “A nivel municipal logramos que en 2022 el Concejo Deliberante prohibiera a partir de agosto de 2024 las lagunas de efluentes como las que tiene el Frigorífico denunciado. Por el momento no creemos que la empresa vaya a cumplir con la obligación de dejar de usarlas y avanzar con su erradicación, cosa que la Autoridad del Agua también le ha intimado a hacer una vez puesto en funcionamiento el tan ansiado biodigestor”.
PS