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lunes, octubre 14, 2024

“Estoy aquí gracias a la ciencia”: cómo se recuperó la segunda persona de la historia curada de VIH-sida

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Adam Castillejo asiste al XXI Simposio Científico Regional de la Fundación Huésped. En el mundo, solo siete personas se curaron de VIH-sida. La historia de Castillejo, su tratamiento y su recuperación.

Ni el de los astronautas, ni el de los milmillonarios… No hay otro “club” en el mundo tan exclusivo como el de las personas curadas de VIH, la infección descubierta hace ya casi medio siglo y que, sin tratamiento, destruye nuestro sistema inmunológico. Lo integran apenas siete individuos. Uno de ellos es el joven chef británico venezolano Adam Castillejo, que en 2019 fue presentado como el segundo en el mundo que se libró del VIH después de un trasplante de células madre para tratar su linfoma de Hodgkin en etapa cuatro. Ese día se convirtió en “el paciente de Londres”, y hoy recorre el mundo como “embajador de la esperanza” para difundir los avances en materia de terapias innovadoras y derribar el estigma que impide el acceso al cuidado médico; en especial, en los países hispanoparlantes.

“Me diagnosticaron en 2003 en Londres, Reino Unido, y a pesar de que estaba en el Primer Mundo, fue una experiencia difícil, cargada de estigmas, de discriminación, odio y resentimiento –cuenta Castillejo, en la jornada inaugural del XXI Simposio Científico Regional de la Fundación Huésped, que convoca a más de 1900 inscriptos–. Pasé muchos años sin poder acceder al sistema y no porque no hubiera medicamentos, sino porque el protocolo establecía que sólo se administraran a pacientes con niveles muy bajos de CD4 (un tipo de glóbulos blancos que nos defienden de virus y bacterias). Para  2012, me dan un diagnóstico de cáncer, pero en ese momento fue diferente. Fue otra sentencia de muerte, pero en esa oportunidad recibí compasión, amor, comprensión del equipo médico, las enfermeras, aunque seguía siendo la misma persona. Pasé cuatro años con quimioterapias. Fue un largo proceso que duró hasta 2015, cuando me dieron seis meses de vida y me enviaron a cuidados paliativos. Pero decidí que no sería la última página de la historia. Busqué alternativas y otro equipo médico. Entendí que no habían querido darme el trasplante solamente porque tenía VIH, se me discriminó como ser humano y fue duro de aceptar. Sin embargo, tuve la oportunidad y la gran suerte de que los médicos que tengo hoy me apoyaran y tomaran el riesgo de hacer el trasplante. Un día, recibí una llamada telefónica y escuché al doctor: ‘Oye, conseguimos un donante. Y la buena noticia es que no solamente te podemos curar del cáncer, queremos tratar de ver si curamos el VIH’. Fue como si me hubiera ganado la lotería. En 2017 dejé de tomar las pastillas. En 2020 decidí darme a conocer. En el momento del anuncio muchos científicos dudaron de mi cura y pasamos un año haciendo pruebas para verificarla, hasta el punto que logramos obtener ‘fósiles’ del VIH de los reservorios. Entonces, fue que entendí que estaba curado. Pero fue un proceso de más de cinco años”.

Desde entonces, Castillejo sintió la responsabilidad para con su comunidad, a la que dice que siempre pertenecerá, a pesar de estar curado. Recorre el mundo, promueve el diálogo para que el idioma español no sea una barrera y trata de difundir un mensaje de esperanza. Pero aclara que sin bien el trasplante es la puerta hacia una cura futura, no es una solución para todos.

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