En medio del terremoto político por la desaparición del nene de 5 años, desplazaron a los comisarios generales Alberto Molina y Jorge Cristaldo.
Fuerte mensaje del gobernador Valdés contra el jefe saliente.
Apenas tres días después que le tomara juramento al nuevo ministro de Seguridad, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, descabezó a la cúpula policial. Este jueves a las 14, con un encendido discurso, el mandatario puso en funciones al comisario general Miguel Ángel Leguizamón como nuevo jefe; y al comisario general Walter Darío Aceval, como subjefe.
Si bien el cambio era previsible tras la eyección de Buaneventura Duarte de la cartera de Seguridad, el anuncio generó sorpresa por la velocidad con el que se gestó. Con su decisión, Valdés busca superar el impacto que generó en su Gobierno la desaparición del pequeño Loan Danilo Peña en la localidad de 9 de Julio, el pasado 13 de junio.
El gobernador se mostró por demás enérgico durante el acto de puesta en funciones, en la Jefatura.
“No nos puede ocurrir lo que ocurrió, que una persona que está al frente de una comisaría tenga en su legajo esos antecedentes y por eso creo que hay responsabilidad”, bramó el radical. Es que el cuestionado comisario tenía una denuncia por abuso sexual de una subalterna y quejas de la tropa por malos tratos verbales en la comisaría de 9 de Julio.
“La Policía tiene que ser confiable para la sociedad. Cuando un funcionario policial se aparta de las leyes, tenemos que ponerlo a disposición de la Justicia para que le caiga todo el peso de la ley”, agregó, tomando distancia del escándalo.
En su discurso, Valdés sostuvo que “necesitamos tener seguridad y el compromiso del primero al último de los efectivos” de la Policía de Corrientes.
Las sospechas sobre el poder político correntino estallaron a fines de junio cuando José Fernández Codazzi, un abogado cercano a Valdés, ensayó una arriesgada jugada: trasladó a Laudelina hasta la ciudad de Corrientes, donde consiguió que a la madrugada un fiscal le tomara una denuncia.
Las idas y vueltas de Laudelina y un senador oficialista en la mira en el caso Loan
La tía del chico relató que Loan había fallecido a causa de un accidente de tránsito pero que no lo había revelado antes porque había sido amenazada de muerte por el ex capitán de navío Carlos Pérez y su esposa, la por entonces funcionaria municipal María Victoria Caillava. Una semana después, ante la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo, sostuvo ese relato, y quedó detenida, sospechada de haber tenido participación en la desaparición de Loan.
Esta semana, en una ampliación de indagatoria, Laudelina Peña, volvió sobre sus pasos. Dijo que lo del accidente fue mentira y que el abogado Fernández Codazzi le pagó 50.000 pesos para instalar esa hipótesis.
En una ampliación de indagatoria admitió la mentira y dijo que a Loan se lo llevaron, cargando las responsabilidades en Mónica Millapi, Daniel Ramírez y su pareja, Bernardino Benítez. Además, sembró sospechas sobre el policía retirado Francisco Amado Méndez, quien horas después fue detenido.
La investigación en torno a las maniobras distractorias que se montaron en las semanas posteriores a la desaparición de Loan le auguran otros dolores de cabeza. Por lo pronto, la jueza Pozzer Penzo ya citó al senador oficialista Diego Pellegrini a prestar declaración como testigo en la causa que investiga las amenazas a Laudelina.